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CUATRO ÁREAS PARA SER RESILIENTE.



Verdades que acomodan e incomodan de Lorena...




Lorena Reséndiz Mendoza




06/06/2022.

Está de moda hablar de empatía, resiliencia y lo socioemocional, pocos entendemos como hablar de estos temas, después de vivir una pandemia que nos llevó al encierro, a usar un tapa boca que nos dejó sin comunicación, a desconocernos, a vivir con miedo, dejamos de pensar en ser empáticos y resilientes, encontramos a muchas personas que aumentaron su carga de pesimismo, irritabilidad y falta de empatía hacia los demás, y lo mismo lo vemos en los niños, que fueron los más afectados en esta pandemia, ahora vemos a pequeños, adolescentes, jóvenes, que no saben comunicarse con sus pares, irascibles, apáticos, introvertidos, repasemos un poco el significado de estas palabras:


Resiliencia. Capacidad de prepararse para recuperarse de y adaptarse a una situación estresante, desafiante y adversa.


Empatía: Capacidad humana para conectarse emocionalmente con los demás.


Hablaré más de la resiliencia, tan importante en esta nueva normalidad ya que esta depende en mucho del nivel de energía de cada uno, somos sistemas energéticos, gastamos energía a lo largo del día, a veces la gastamos toda, e incluso tenemos que hacer uso de la reserva que tenemos, experimentamos momentos de cansancio, de malhumor, de fastidio, de querer mandar a todo y a todos al diablo, encerrarnos en una ostra y no salir de ahí en días. La vida está llena de retos y desafíos que por un momento parece que perdemos la capacidad de saber cómo resolver determinada situación, por ello la importancia de fortalecer la capacidad interna para responder de manera satisfactoria para mantenernos sanos y resilientes.


Por ello conocer, atender y equilibrar estas áreas es muy importante, estas son:

Física: refleja la fuerza, la flexibilidad, la resistencia que tiene el ser humano.

Lo emocional: permite autorregular nuestra conducta, y buscar el lado positivo de las cosas.


La mental: implica la atención hacia los pensamientos, aceptar puntos de vista, regular las emociones, hablar de aquello que nos lastima y afecta, como nos perciben los demás, buscar esa ayuda profesional si aceptamos que es necesaria.


Espiritual: comprende la parte espiritual, mística, la vinculación de valores sin caer en los extremos del fanatismo, respetar las creencias de los otros y no ver las cosas que pasan como un castigo divino, libertad para decidir sobre nuestros actos, hacer un examen de conciencia ante las actitudes que tomamos al tratar enderezar el camino de otros, sin críticas ni golpes de pecho. Solo comprometerse con uno mismo y tolerancia para quienes no son ni piensan como yo deseo que lo hagan.


Estas cuatro zonas están conectadas unas con otras, si te sientes abrumado, rebasado por los problemas que surgen y no sabes cómo resolver, está la parte emocional, si no se piensa con claridad y nos cerramos a no encontrar una solución está la zona mental, además si con todo esto sentimos dolor de cabeza, muscular, agotamiento físico, corresponde a la zona física, aunado a esto volvernos menos tolerantes con las creencias propios y de los demás jalamos a la zona espiritual.


Por ello, que importante es darnos cuenta que la zona por la cual perdemos una gran cantidad de energía es la zona emocional, imaginar lo que no existe, ser demasiado optimistas o fatalistas, tratar de fregarle la vida a los demás, ser autoritario, hablar demás, egoísta, prepotente, implica no reconocer las emociones que nos dominan. Como seres humanos tenemos la enorme capacidad de reconstruirnos las veces que sean necesarias, por ello, que importante es reconocer que somos seres emocionales con la facultad de reconocerlas y encauzarlas, no actuar por instinto, practicar la resiliencia y la empatía, tan necesarias en esta vida que estamos viviendo.

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