Guadalupe Elizalde Gallego.
Los Pensamientos de Guadalupe Elizalde...
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17/02/2023.
Buenos días tengan las y los lectores de este espacio. Gracias por la atención que prestan a esta escribidora. Miércoles 15 de febrero del 23; como dice el dicho, “…no hay plazo que no se cumpla”. El juicio en contra del exsecretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna, llegó prácticamente a su fin en una modalidad que en México nos es desconocida, si usted se ha adentrado al trabajo de los tribunales en México. Aquí, la parte ofendida debe presentar tantas pruebas de sus dichos que sólo falta indicar también el paradero del acusado. Eso mismo le sucedió a mi abuelita quien fue objeto del despojo de sus bienes. El inculpado andaba de un lado para otro y fue ella misma quien tuvo que ir detrás de sus huellas para proporcionar sus nuevas direcciones a la policía, quienes dizque lo estaban buscando. ¡Pobre de mi abuelita!, terminaron demandándola por acoso sexual. Lo bueno fue que cuando la fiscal la miró entrar a su oficina, se desvaneció cualquier sospecha en su contra.
Pero allá en EEUU las cosas funcionan muy diferente y esto mismo ocasionó que muchas plumas perseguidoras de la 4T se vieran disminuidas en su estado de ánimo. Ya se ha dicho: para ser feliz no queda sino apedrear toda expectativa que se tenga sobre el futuro, o sobre alguna persona en particular. Les confieso que en ésta su casa no entendemos de filosofía oriental, pero desde 2018 trato de levantarme con la mente en blanco para no almacenar esperanza de mejoría ninguna. Las plumas aludidas esperaban que se destripara alguna bestia y quedaran expuestas las vísceras de la corrupción y del narco negocio. Pero no, como dijo el señor presidente, “salió más honesto El Rey Zambada, que los corruptos defensores de García Luna” y agregó que éstos seguramente son parte de las redes de corrupción tejidas alrededor del crimen organizado. ¡Santo Sacramento!, gritó mi abuelita, que le digan al hombre que la defensa de García Luna se compuso con puros abogados de oficio, porque aquí ya le congelaron sus cuentas y no hay dinero para pagarle un buen despacho. Falta un juicio en Florida donde Pablo Gómez, cabeza de la UIF, tratará de quitarle poco más de 700 millones de dólares, según las cuentas que ellos tienen en su poder.
Pero estábamos en que allá las cosas son muy diferentes. Pasaron ante los 12 miembros del jurado alrededor de 23 testigos que lo único que hicieron fue hablar sin presentar ninguna prueba sobre lo que decían (creo que está de moda también en nuestro país). Por parte de la defensa sólo se presentó su esposa para repetir lo que ya se ha escrito en todos los libros que tratan sobre su marido: que tenía buenos coches porque le gustaba arreglarlos y revenderlos; que tuvieron una papelería en un local chiquito; que si tiene casas grandes, pero con pago de hipotecas, etc., etc. Aquí, quienes esperaban que reencarnara el Xipe Totec para sacarle la piel al enemigo; desollarlo, pues, se jalaban los pelos, porque nunca se detuvieron a pensar que el juicio se llevaba a cabo en EEUU y para los estadunidenses, a quienes les basta oír a sus autoridades decir cualquier zarandaja para creerla. Imagínese usted las caras del jurado, avisado que pasarían ante sus ojos los “capos di tutti capi” para informarles cómo se las gastan los “mexican beaners” en esto de llenar al vecino país de cocaína y fentanilo. Pero, se le ocurrió a la defensa preguntarle al Rey Zambada, quien por cierto ya está libre de acusaciones “por ser un buen colaborador” de los güeros, si la campaña que sufragó fue la de López Obrador. El abusadísimo capo respondió con un bien pensado “no me acuerdo”, es que eran tantos políticos cobrando y tantas campañas para que los dejaran en paz o para meter a sus candidatos a la competición partidaria, que ¿quién va a acordarse de todo? Esto fue lo que hizo enojar tanto al presidente López Obrador, no que le preguntaran esto directamente al hermano del El Mayo, sino que mencionaran su nombre en el juicio en donde salió el mismo de su más odiado “enemigo”, Felipe Calderón, el culpable de todos los males que aquejan a México, junto con Enrique Peña Nieto –a quien se menciona poco- y desde tiempos de Carlos Salinas de Gortari, de quien se murmura en voz baja. ¿Qué esperaban?
Acaso se les ocurrió que hablarían de agentes de la DEA o hasta de la CIA que tuvieron que proteger al crimen organizado en México; de funcionarios que cobijan a los grandes capos, quienes a su vez mantienen los altos niveles de vida de políticos de allá y de narcos que viajan en la riada internacional, poniendo o quitando políticos y contrincantes. Lo dicho: hay que apalear las expectativas si se quiere ser medianamente feliz.
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