Contexto...
Roberto Cárdenas
04/07/2022.
Vive oculto.
Epicuro
“Lo extraño, lo estúpido y lo grosero se están convirtiendo en nuestras normas culturales”.
Carl Bernstein.
Tiempos buenos, perfectos, malos, horribles, decadentes, pero al final son nuestros tiempos; los que ahora vivimos, no son muy luminosos, pero valorarlos en sus pequeños momentos, en esos instantes eternos, es lo que nos permite encontrarle sentido. Las noticias falsas, la frivolidad, la soberbia y la “vanidad de vanidades”, como lo profetizo el Eclesiastés, son ahora, la fuente de contacto con la “realidad”, que nos impone este sistema decadente, encabezado por Estados Unidos, ese país que le encanta “descubrir” a sus enemigos externos y su soberbia le impide ver, reconocer, que los enemigos más letales los tiene dentro de su propio territorio y en su mayoría son blancos y “buenos cristianos”. Entre tantas anomalías sociales lo que hoy les comentaré es la tristeza que me da que muchos artistas, creadores, “influencers”, contemporáneos, viven un sufrimiento opcional, al no cumplir sus expectativas de “reconocimiento” social. Veo a exponentes de variadas temáticas artísticas en especial figuran los “escritores”, que se molestan, y lo llegan a publicar en sus “redes sociales”, que ahora se han convertido en ocasiones en su plataforma única dónde se conoce su obra, y con dolor expresan que no los reconocen, que no los encumbran en la “hoguera vacua de las vanidades” de los likes, y que nadie se interesa en comprar sus obras literarias. Eso mismo paso en pintores, músicos, etc, Ad infinitum. Es triste verlos en ese pantano existencial. Seguro ellos saben, que los creadores, artistas que son ahora conocidos, en su tiempo de vida, no tuvieron ningún reconocimiento, y no por ello, son reconocidos como grandes en su oficio. Un ejemplo es con los galardonados con el Premio Nobel de Literatura, los más brillantes escritores, por su obra, por su trabajo, abundan en la lista de los no ganadores y ahora, en estos tiempos vacuos, nos llevamos no muy gratas sorpresas, con los que lo ganan, es cosa de revisar la lista de los últimos años. Siempre he pensado que los premios literarios son más relaciones públicas que rigor, y, en eso Juan Rulfo, no puede dar la razón desde su Comala universal. Epicuro el gran filósofo, aconsejaba a sus discípulos del Jardín: “Vive Oculto”, en mi opinión, en estos tiempos, ese consejo sería una causa más de ansiedad que no permite vivir con plenitud a la mayoría de los seres humanos, ahora, que la privacidad es pecado, y la popularidad se disfraza impunemente de calidad, es menester, detenernos a reflexionar y ser cautos ante la utilización de nuestras obras como un elemento más de entretenimiento de feria. La creación siempre es en soledad, el reconocimiento vendrá lejos muy lejos de las pantallitas y de otros demonios contemporáneos. Hay que ser creadores y por ello hay que creer en nosotros mismos primero. Una obra de calidad se reconocerá, no importa si no es hoy, o acaso, ¿los artistas no buscan la eternidad?, la eternidad maestros, siempre será mejor a este presente vulgar y engañoso en que vivimos. Evitemos sufrir los efectos de un sistema insufrible. ¿Se podrá?
Comentarios