Carlos T. Mondragón Barrón
La madre naturaleza, no perdona
septiembre 20 de 2021.
Estimado Lector, si Usted me lo permite hoy tocaremos un tema que nos hará reflexionar sobre lo que somos y hacia donde vamos cuando observamos que: “La madre naturaleza no perdona”… Vivimos en un mundo cada día más materialista y tecnificado un mundo llamado tierra que a lo mejor no merecemos, ya que le hemos sobre explotado dándole un uso indebido y gracias a la ambición de unos cuantos en el poder y por dinero haciéndose más ricos permitimos y seguimos dándole al traste a lo que la vida nos ha regalado, ASÍ VAMOS POR EL MUNDO ACABÁNDONOS NUESTROS RECURSOS NATURALES, EXTINGUIENDO ESPECIES Y DESTRUYENDO ECOSISTEMAS… Científicos, investigadores, ambientalistas, defensores de la tierra y activistas nos han dicho una y otra vez, que estamos destruyendo el paneta, que estamos deforestando acabando con los árboles, que seguimos permitiendo que se aprueben usos de suelos en lugares de alto riesgo, QUE TARDE O TEMPRANO PAGAREMOS CON CRESES NUESTRA IRRESPONSABILIDAD COMO SERES PENSANTES y como decía mi abuelita hijito: “No te quiero asustar pero parece que pronto se extinguirá la vida, que Dios nos perdone y nos agarre confesados porque nadie sabe lo que tiene, hasta que lo ve perdido”… Muchos pueden pensar que tenía una abuelita sabia y yo estoy seguro que sí, porque la gente de antes le tenía temor a Dios y con ese temor “cuidaba sus acciones”, dicen por ahí que no hagas a los demás, lo que no quieres que te hagan y trata a los demás, como quieres que te traten… Una regla de oro VIVE Y DEJA VIVIR, pero no la aplicamos con los otros seres que conviven con nosotros rompiendo su tranquilidad, maltratando su existencia y acabando con sus ecosistemas, pareciera que somos unos cabezas dura y no entendemos, somos unos verdaderos irresponsables y solo reflexionamos cuando vemos inundaciones en lugares que jamás se debieron de permitir usos de suelos, cuando vemos montañas de desperdicios contaminando suelos, ríos, mares y aire, cuando la naturaleza se manifiesta con deslaves que aplastan viviendas, aguas que inundan casas y zonas habitacionales, cuando la tierra tiembla y hace sentir su poderío es a donde decimos; “Dios nos ampare, que la virgen nos proteja, que los santos se apiaden de nuestras vidas”… Hemos visto surgir enfermedades virus como el covid -19, muertes de cientos de personas, rugir el Popocatépetl enojado que si desata su furia no sabemos lo que nos pueda pasar, inundaciones como en Tula hidalgo en donde sus Atlantes son los únicos que sin moverse pareciera que son los espectadores que podrán seguir de pie viendo pasar los años y décadas ahí testigos de una historia pero sin movimiento alguno de lo que sucede en esta vida que nos fue regalada pueden ser esos monumentos o vestigios históricos los que queden después de una extinción de los seres pensantes… Hace algunos años vivimos el miedo de inundarnos en mi amado San Juan tierra de palomas y recuerdo con tristeza lo que sucedió en lugares como la Rueda, Villa del puente, Manantiales y muchos lugares más en San Juan del Río, que se vieron afectados por una lluvia atípica con consecuencias de familias damnificadas por la naturaleza, ayer lo volvimos a vivir, aterrando a miles de familias y hogares en riesgo de otra gran y amaga experiencia en donde otra vez se inundaron calles, colonias e ignoro cuantas viviendas, demostrando una vez más el poderío de “La madre naturaleza, que no perdona” y la pregunta seria: ¿Qué esperamos para cambiar nuestros hábitos destructivos, qué esperamos para cuidar nuestro entorno, qué esperamos para evitar la destrucción de nuestra casa llamada tierra?... Sólo amigo lector le recuerdo que “La madre naturaleza, no perdona” y pareciera que empieza en sus diferentes formas de manifestarse recordarnos que este mundo es de ella y no, de nosotros porque solo la tenemos prestado además que Dios y/o la vida nos hizo seres pensantes para cuidarla, evitar destruirla y convivir con los otros seres quienes no nos pidieron como compañeros porque si les hubieron dotado de sabiduría, inteligencia y pensamiento a ellos, estoy seguro que no nos querrían cerca… ¿No cree usted amigo lector?...
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