Verdades que acomodan e incomodan de Lorena...
Lorena Reséndiz Mendoza
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20/06/2022.
Continuaré con este relato que inicié la semana pasada. Cuando un familiar muere es algo inesperado, nadie está preparado para la muerte, aun cuando se esté en una enfermedad mortal, siempre se guarda una esperanza, cuando es sorpresiva la partida, es difícil aceptar y entender. Murió un familiar directo, no la veía con frecuencia, sin embargo, existía cariño, hermandad. La recuerdo con esa sonrisa afable, con esa timidez nata, con el parecido a mi hermana, que también se adelantó.
Después de batallar con los trámites del hospital, de la falsa noticia que había resucitado, de la negligencia o no de los médicos, siguió su peregrinar, ahora en el Registro Civil. Acudir a tramitar el acta de defunción fue otro caos, exigían su acta de nacimiento actualizada, ella no fue registrada en este municipio, al parecer su registro está en Naucalpan, Estado de México, no han subido el acta a sistema, el tiempo apremia, habría que recoger el cuerpo del hospital, se le dijo esto al representante del Registro, pero no había forma de convencerle que aceptara el acta viejita pero original, ¿Para qué sirve un acta nueva? Cuando la persona está sin vida, desde las 8:00 am en las oficinas, son las dos de la tarde y no se encuentra otra solución más que acudir al lugar del registro y conseguir el documento actualizado, en esos momentos ¿Quién tiene el tiempo y la cabeza para viajar a un lugar que la familia desconoce?
Después de buscar ayuda, consultar a abogados, sacar actas de los hijos, buscar el acta de matrimonio, que no se encontró, por fin, accedieron a expedir el acta solicitada, aceptando el acta vieja que se tenía. Se hicieron los trámites para llevar el cuerpo a su domicilio, pero ahí no paró el peregrinar, ahora fue por la parte religiosa. Se hicieron los arreglos para llevar a cabo la misa de cuerpo presente, sin embargo, el sacerdote oficiante de la comunidad no estaba dispuesto a realizar la ceremonia, dijo que ¿Para qué hacer misa a un muerto? Ya no la necesita. No podría decir si la necesita o no, solo sé que son los usos y costumbres de las familias, lo que se nos ha enseñado de generación en generación, lo que como católicos acostumbramos.
Por fin, después de este peregrinar, se realizó la misa, escuchando a un sacerdote que en su homilía demostraba el enojo, la indiferencia, el fastidio de hacer aquello para lo que se preparó, para lo que se le paga, porque el servicio no es gratuito, terminó diciendo en una misa de difunto, acusaciones de gente adúltera, amancebados, madres solteras que acuden a la iglesia y sobre todo, gente que no ayuda a la iglesia, que no da el diezmo, estuve a punto de decirle algo, pero sé que no sería nada agradable, yo, que conozco ese medio, viví en un seminario veinte años, ¿Qué podría contarme él que yo no sepa? Miré las caras contritas de los deudos y acompañantes a la misa, nadie se atreve a verlo a la cara, a decir algo, quizá el dolor se los impide, quizá el respeto al sacerdote, o quizá todos los que asistimos les tocó la piedra, ¡Vaya usted a saber! Aunque no creo que todos los que asistimos a la homilía seamos unas blanca palomitas, o los pecadores más encarnizados del planeta.
Después de este largo peregrinar, mi familiar descansa en paz, espero que sus hijos, hermanos y familiares encontremos la fraternidad, la aceptación y sigamos adelante, pensando si cuando nos toque partir no vivamos un largo peregrinar por culpa de todos y de nadie.
Yorumlar