Autoridades de Rumania abrieron una investigación contra una red de médicos que usaba implantes de cardíacos que eran extraídos de personas fallecidas para colocárselos a pacientes vivos.
De acuerdo con la Policía rumana, se ejecutarán nuevas órdenes de detención contra los cinco médicos que están siendo investigados en este caso que ha conmocionado al país y que luego de que uno de los sospechosos haya sido detenido este sábado 18 de febrero.
Por medio de un comunicado la Fiscalía de Rumania informó que el sospechoso se encuentra detenido y a la espera de la investigación por los delitos de: abuso de poder y aceptación de sobornos.
Según el cardiólogo detenido, identificado como Dan Tesloianu, se encargó de supervisar una red en la que se encuentran otros cuatro medios para poner implantes cardíacos que eran sacados de pacientes muertos sin contar con el permiso o aprobación de los familiares del muerto.
La Fiscalía rumana alega que el sospechoso realizó alrededor de 238 cirugías desde 2017, utilizando en sus pacientes implantes de extraña procedencia o que eran extraídos de personas muertas, lo que ponía en riesgo la vida de sus pacientes de sufrir alguna complicación o llevarlos incluso a la muerte.
Dan Tesloianu, el cardiólogo detenido por la autoridades de Rumania, trabajaba en el hospital de la localidad de Lasi y fue enviado a prisión preventiva por supuestamente haber dirigido la red junto con los otros médicos.
Tesloianu es acusado de "ejercer sus funciones de forma intencionada y defectuosa, al implantar, entre 2017 y agosto de 2022, 238 dispositivos extraídos de cadáveres o cuya fuente de origen se desconoce, ignorando el riesgo de causar a los pacientes graves problemas médicos o incluso la muerte”.
Además, en el comunicado emitido por la Fiscalía rumana se hace énfasis en que “gran parte de los implantes recomendados por el médico no eran necesarios y fueron provocados por diagnósticos falsos o por medicamentos recetados previamente que desencadenarían síntomas específicos”.
De acuerdo con el medio G4media.ro la red de médicos también es acusada de vender a sus pacientes stents, desfibriladores y marcapasos a la mitad de precio que en el mercado, por lo que habrían recibido entre 2.000 y 3.000 euros por cada unidad adquirida por los pacientes.
Las investigaciones de las autoridades señalan que hasta el momento se habrían identificado a 170 pacientes que fueron operados con dispositivos de personas fallecidas.
El escándalo de la red de médicos estalló en Rumania luego de que la Fiscalía informará el viernes que había podido interrogar a varias personas e incluso ordenó algunos registros en el marco de la investigación por el uso fraudulento de los implantes cardíacos.
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