Verdades que acomodan e incomodan de Lorena...
Lorena Reséndiz Mendoza
04/07/2022.
En los últimos días la vida nos ha puesto de frente con acontecimientos que provocan enojo, tristeza, frustración, impotencia, muertes que no tenían que haber ocurrido, desgracias que nos dejan el corazón apachurrado, decepción de llamarnos humanos, cuando parece que la humanidad ha perdido esa esencia. La muerte se ha hecho presente, tanto que parece que deambula por ahí, como cualquier transeúnte, y como vil ladrón se apodera de lo que no le pertenece y de manera alevosa lo toma. Pero no quiero ahondar en esas noticias tan trágicas, fuertes y dolorosas que circulan por ahí, para eso están las noticias en los periódicos, la televisión, la nota roja y noticias amarillistas.
Por ello hoy quiero hablar de lo opuesto a lo que es dejar de vivir: saber vivir, y les pregunto amables lectores que leen estos escritos que acomodan e incomodan cada semana, ¿Saben realmente lo que es vivir? Porque analizando las sabrosas pláticas que he tenido con algunas compañeras, amigas, gente que entrevisto y las pláticas distintas con personas que me han abierto el corazón y me han contado esas historias que se tienen que contar para sanar, cada cual el concepto de saber vivir es totalmente distinto. Para muchos, saber vivir es tener trabajo, una familia, viajar, tener un auto, el celular más reciente, una cuenta en el banco, una familia exitosa, una casa maravillosa, ser reconocido y adulado por los demás, tener prestigio, un status social que les permita figurar en la política, aunque no estén de acuerdo con sus representantes, con sus ideas y acciones, ser reconocido, aplaudido y que se hable bien o mal pero que se hable.
Para otros, saber vivir es levantarse cada mañana y mirar la luz del sol, respirar, saber que se está bajo un techo propio o rentado, que se tienen dos ojos que funcionan quizá no del todo bien, que dos manos están listas para trabajar, dos piernas con sus pies para caminar, un pan que dé satisfacción al estómago, la plena seguridad que un misil no llegará de pronto a acabar con tu mañana, tener una familia, tuya, con sus errores y aciertos, saber que eres amado, amar, reír, la capacidad de expresar las emociones, aun las que no son tan buenas, tener gratis un saludo, la libertad, una frase amable, un cielo azul, una lluvia que da vida, esperanza, fe de que las cosas cambian, que todo llega a su tiempo, que nadie se va antes ni después, que nada es eterno, que todo se renueva, que aún en el pasto seco, se puede ver un hilito verde que se asoma con precaución, y pronto el amarillo se volverá verdor y frescura.
Para otros saber vivir, es vivir quejándose, culpar a los demás de sus errores, por sus miedos, por su cobardía, por quedarse en el mismo lugar aunque no lo haga feliz, por estar acompañado de alguien que le hace sentir la más espantosa soledad, por cargar una cruz que nadie le pidió llevar a cuestas, por escapar de una realidad sin querer realmente huir, por quejarse de todo, sin hacer nada por hacer cosas distintas, porque vivir para muchos es un tormento, porque vivir es sufrir, por no encontrar a que rayos llegó a este universo, porque saber vivir es creer que Dios está mandando un castigo, y es su decisión que la vida sea así de miserable.
Para otros saber vivir, es levantarse después de una caída, renacer después de haber librado grandes batallas, aceptar que el poder está en el deseo de aceptar lo que es imposible de cambiar y luchar porque aquello que se puede cambiar, de dejar lo que lastima, lo que daña, lo que no es la mejor opción, querer más aunque se tenga poco, agradecer lo que llega, abrir la puerta a lo que tenga que irse, tener la seguridad que el amor no es sufrimiento ni hojuelas de miel, que ser madre o no serlo no determina el rol de la mujer, que ser diferente no otra cosa más que intentar ser alguien ajeno a lo real, o jugar a lo irreal en un mundo que no sabes si existe o es una simulación.
Para mí, saber vivir es tener lo que hoy tengo, lo que he ganado, lo que he visto, lo que recuerdo, mis grandes amores, los que llegaron, los que se fueron, el momento en que nací, con estos seres tan distintos, que un día, sin pensarlo, coincidieron, y de su aventura estoy aquí, tal como soy, llena de años, de vivencias, de momentos agradables y otros nada buenos, vivo a mi manera, sin lastimar a nadie, eso creo, intento no caer en cosas comunes, ni creer en los monstruos, ni en los políticos, ni en la policía, ni en palabritas lisonjeras, quiero vivir lúcida hasta el final de mis días, no ser una carga para mí ni para nadie, quiero tener a alguien que llene de apapachos mis tres segundos de soledad, quiero creer que saber vivir es estar hoy en este momento, disfrutando mis escritos, hacer un alto y recordar aquellas cosas que son gratas, las que guarda la memoria y empacar lo que ya no pertenece a mi presente y mandarlo en una caja de seguridad, al país de nunca, jamás.
Para usted ¿Saber vivir a que le suena, a que le sabe, a que le gusta?
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